Me resbala si follas o fallas. Si estudias o prefieres trabajártelas. Si odias los domingos o si cuentas por ahí que yo estaba loca por ti. Si eres victoria o fracaso. Si te sigue faltando cerebro o te sigue sobrando de ahí abajo. Si bebes para divertirte o para olvidarte. No me han quedado cicatrices de la ostia que me pegaste. He aprendido la lección bien aprendida a base de palos y no me han quedado ganas de volver a verte, ni de noches, ni de mañanas, ni de carreteras, ni de coches,no me han quedado ganas de ti en general. Sólo una indignación que se parece a la resaca de los domingos y un poco de odio hacia todo lo que tenga que ver contigo.Nunca fui tu amiga, pero aún así, soy una de las mejores cosas que han pasado por tu vida, demasiado buena, la verdad. Y cuando llegue el día en el que hagas un repaso de tu lista y sientas ese nosequé porque yo ya no estoy en ella, ->me verás a años luz de esta pesadilla.

Si, es así. ¿Ves? Hasta lo he escrito, TENGO GANAS DE TI♥.

- Tengo ganas de ti.
+ ¿Qué has dicho?
- No me tomes el pelo.
+ No, en serio, no lo e oído.Lo miro a los ojos y me pierdo, embelesada en su mirada, por esos ojos que contienen amor, o quizás no, pero no me lo pregunto ahora, ahora no... Y me habla, y no le entiendo, y suspira en mi oído, y el viento que roba sus palabras, sonríe, y se ríe, y se para el tiempo, pero aun así se lo repito...
- Chico, tengo ganas de ti♥.

Te quiero, 16.

- ¿En qué piensas?
+ ¿Ves aquella estrella de ahí? -contestó señalando al cielo-. La que tiene un tono azulado. Esa es mi estrella. Esté donde esté, pase lo que pase, sé que si miro al cielo estará esperándome, brillando como siempre. Es la única seguridad que tenía en mi vida. A ella le he confiado todos mis deseos, miedos e ilusiones desde que era pequeña porque sé que nadie, salvo que yo quiera, puede llegar a ella y arrebatármelos. Bueno, pues le estaba contando que he conocido a un chico maravilloso cuya sonrisa podría iluminar el cielo en la noche sin luna más oscura -sonríe partícipe de un chiste propio- Dice que cree que me estoy enamorando.
- ¿Y le gusto? ¿Tengo su aprobación? -preguntó temeroso mirándole a los ojos.
- Sí, pero de todas formas esta vez no necesito que me ayude. Eres la cosa de la que he estado más segura en mi vida. ¿Sabes? - susurró girándose hasta quedar prendida en la verde mirada de el chico-. Hoy te regalo mi estrella, y con ella mi presente y un pedacito de mi futuro. Pero 
bueno, eso no es gran cosa, ya es tuyo desde que me miraste por primera vez con esos ojos.